lunes, 2 de abril de 2012

Tartazo a Barcina

El 27 de octubre del 2011, Yolanda Barcina, presidenta del Gobierno de Navarra recibía en una reunión en Toulouse tres tartazos por parte de personas de Mugitu. Rápidamente los medios hacen voz de la noticia, criticando la acción, adhiriéndola al entorno de ETA (cómo no), y todo el repertorio que ya conocemos.
Lo que nos interesa aquí es una reflexión en particular que se realiza a propósito del "atentado". Resulta que sueltan por ahí algo así "porque la violencia no está en el arma que agrede, sino en el voluntad que la empuña y el objetivo que persigue". Nos encontramos con la forma inversa del argumento que se esgrime cada vez que una forma de resistencia adquiere matiz violento: si en éste caso el medio es el incorrecto, en aquel es el fin el problemático.
Ahora bien, si se nos critica la violencia porque no es el "medio" adecuado para conseguir el fin, y se nos critica el "fin" cuando el medio no es violento, de lo que se trata es de un rechazo frontal y camuflado de cualquier tipo de forma de resistencia. No hay salida, la argumentación es una farsa, cualquier argumento es bueno. Las guerras son así.
Cuando no se puede atacar el medio se ataca el fin, sin pudor alguno. De esta manera, cualquier forma de lucha que no caiga en la violencia y que, aun con todo, logre causar un daño en su objetivo, resulta igualmente tachable, punible.
En el caso al tartazo a Barcina se pide una pena de 4 a 9 años de cárcel para los imputados. El medio no es violento, sino todo lo contrario: en lugar de atacar a una persona se ataca una imagen, una presencia, no corporal sino más bien etérea, conceptual. El tartazo es un ataque al ego, la destrucción de la distancia que se pretendía irreductible entre los políticos y los ciudadanos. El daño es considerable, el castigo, desproporcionado.

Para más info. sobre el caso y sobre la lucha anti-TAV en general, http://mugitu.blogspot.com.es/

jueves, 22 de diciembre de 2011

Arte, museo y realización

«A las dificultades objetivas de la estética se añade la resistencia subjetiva más general. Incontables son los que creen que es superflua. Perturba el esparcimiento dominical en que se ha convertido el arte como complemento de la cotidianeidad burguesa en el tiempo libre. En toda esta lejanía del arte aquella resistencia ayuda también a expresar algo emparentado con el arte. Pues percibe el interés por la naturaleza oprimida y dominada en la sociedad progresivamente racionalizada y socializada. Pero el negocio convierte este resistencia en institución y la explota. El negocio cerca el arte como en un parque natural de la irracionalidad, fuera del cual debe mantenerse al pensamiento». Adorno, Teoría Estética, Akal, Mandril, 2004, p. 513

«El término alemán museal tiene inflexiones desagradables. Describe objetos hacia los cuales el observador ya no tiene una relación vital y que están moribundos. Deben su preservación más al respeto histórico que a las necesidades del presente. Museo y mausoleo son términos que están relacionados por algo más que una asociación fonética. Los museos son los mausoleos de las obras de arte».
Adorno, “Valéry Proust Museum”

«Después de todo, es el destino de los cadáveres permanecer enterrados, y el salón de pintura está en efecto bien muerto. Pues hoy es un arte tan muerto que no puede encontrarse un historiador del arte que detecte algún simulacro de vida en sus restos descompuestos. En la última década, de hecho, ha surgido en el mundo académico una sub-profesión poderosa que se especializa en estos desentierros lúgubres» Kramer, “Does Gérôme Belong with Goya and Manet?” New York Times, Abril 13, 1980, sección 2, p. 35.

«La ingenuidad estética ha cambiado su funcion en la epoca de la industria cultural dirigida. Lo que una vez fue el pedestal sobre el que se elevaban las obras clásicas, en su noble simplicidad, se ha convertido en un medio aprovechable para cazar clientes. Los consumidores, a los que se impone y la ingenuidad, deben abstenerse de tener tontos pensamientos sobre lo que tienen que tragar y sobre lo que se les dispensa como pildoras. La simplicidad de antano se ha convertido en la simpleza de los consumidores de cultura que le compran a la industria, agradecidos y con buena conciencia metafisica, la inevitable baratija» Adorno, Teoría Estética.

«El arte puede dejar de ser una relación de las sensaciones para convertirse en una organización directa desensaciones superiores: se trata de producirnos a nosotros mismos, y no cosas que no nos sirvan». Debord, "Tesis sobre la revolución cultural", Internationale Situationniste, nº1, § 2

« La superación del ocio en una actividad de libre creación-consumo no puede entenderse más que en relación con la disolución de las artes del pasado, con su mutación en modos de acción superiores que no rechacen ni supriman el arte, sino que lo realicen. El arte será de esta forma sobrepasado,conservado y superado en una actividad más compleja. Podrán reencontrarse parcialmente en ella sus antiguoselementos, pero transformados, integrados y modificados por la totalidad»
Nota editorial del nº 4 de Internationale Situacionniste

martes, 6 de diciembre de 2011

Manifiesto: Un movimiento sin acción y una acción sin movimiento

"El nuevo esnobismo es llevar prendas baratas" (Karl Lagerfield, diseñador)

I. No sólo el mundo se halla en una vital encrucijada. La izquierda y el movimiento revolucionario también se hallan en ese cruce de caminos, en una desigual batalla ante la que principios y tesis que se decían inmutables merecen ser revisados. Más allá de la ortodoxia que corroe a la izquierda como enfermedad endémica- "la vida es arderse con las preguntas" (A.Artaud)- hoy, más que nunca, parecen no existir las preguntas y la crítica habita en casi cualquier lugar menos en las conversaciones de aquellos que luchan por la destrucción de la sociedad de clases.Así, se crea un lenguaje cerrado, una comunicación que considera a la Historia como algo monolítico. Estamos llamados, entonces, a la derrota segura.

¿Ha abandonado la acción al movimiento o es el movimiento el que carece de acción? ¿Qué está ofreciendo esa "revolución permanente"? El atractivo de la autocomplacencia y una actitud que, como un caballo de Troya, no desea sumergirse en territorios alejados de la seguridad que proporciona el gueto. Cotidiana y silenciosamente, el decisivo asunto de la perspectiva se convierte en batalla perdida y, entonces, surge la miseria; esto es, la adoración por el espectáculo y la representación que el mundo moderno sitúa al revolucionario. Todo se torna predecible, radiable, política comercialmente dura pero que la mercancía no rechaza; al contrario, la digiere porque los utopistas disciplinados venden la felicidad que, fraccionadamente, otorga la democracia. Es la ilusión de la ciudad feliz, de los territorios imaginarios, un regalo para la imaginación y la ciudadanía rebelde. Este cadáver adquiere la forma de macroespectáculo que, no pocas veces, se materializa en violencia y rudeza. En no pocas ocasiones los derrotados optan por la adoración del misticismo del fuego y la violencia, mientras los izquierdistas desean mantener como sea su margen de movimientos ya dentro del precipicio. Estamos llamando a la lucha revolución porque deseamos algo más profundo y, por lo tanto, tan radical que dé lugar a crear una actitud éticamente inquebrantable, un punto sin retorno posible.

"Mientras el hombre orienta su interés al pasado o al futuro, ambos cristalizan en un ser ajeno a él. Sólo cuando el hombre consigue percibir el presente como devenir y reconoce en él las tendencias con cuya contraposición dialéctica él mismo es capaz de producir el futuro, sólo entonces el presente, el presente como devenir, se convierte en el presente suyo" Lukacs

II. Generalmente, la impotencia por cambiar el mundo, en sus aspectos internos y externos, provoca opciones desesperadas porque el conocimiento resulta tan doloroso y excesivo que supera ampliamente nuestra capacidad de asimilar, de comprender, de diseñar planes a medio y largo plazo sin abandonar la idea de "o todo o nada". Al igual que una enfermedad que corroe los huesos, el revolucionario sufre la progresiva perdida de perspectiva que, en último estadio, deviene en la ceguera absoluta más allá de su propia acción que se le aparece como inimaginablemente criticable. Pretender encerrar la comprensión del mundo en un esquema de palabras que, por avatares de la historia (el resultado del enfrentamiento entre fuerzas opuestas), se ha convertido en "ideología" supone comprometer la libertad a favor de una nueva religión que posee sus propias reglas. El enfrentamiento, cotidianamente apasionado, requiere revolucionarse a sí mismo. Este punto de vista degenera en un corsé a medida que proporciona seguridad pero ausencia de riesgos. El papel de la historia exige que comprendamos qué es, en sí misma, la Historia. Considerando a ésta como la captura del pasado y la interpretación que, de éste, realizan las fuerzas dominadoras no podemos hacer otra cosa que desconfiar de esa misma Historia, toda vez que es un instrumento según el cual se reedifica la realidad de las cosas. Es la percepción de que la Historia nos precipita al vacío. A pesar de que la economía hace a los hombres, la economía no domina la historia. Actualmente, no existe un histórico papel para la clase trabajadora ni para los "radicales victorianos", es decir, los estudiantes y las fuerzas intelectuales (tradicional grupo social protagonista de buena parte de los momentos pre/revolucionarios de la segunda mitad del siglo XX) y resultará complicado que, si no cambian las cosas en su esencia, en un buen puñado de años podamos ver ejemplos como el de los japoneses Zengakuren y los trabajadores, ambos unidos y enfrentándose a su gobierno. Los proletarios no sólo no dominan los medios de producción sino que no son dueños de sí mismos, de su presente, no son dueños de la Historia porque la Historia los posee a ellos. Empezamos, entonces, a comprender como escapar de este lío. En parte somos "el espectro de una humanidad sin memoria" (T. Adorno). Somos como dos amantes que, dolorosamente, comprenden que resulta imposible convivir juntos y trazar un plan de vida. A pesar de compartir experiencias se percibe aquello que debe suceder: la ruptura radical. Luchamos contra todos los elementos, incluso contra nosotros mismos, contra nuestra misma desposesión.

III. El problema no es tener la razón sino formular las preguntas adecuadas. Invocamos la libertad pero vivimos bajo un metódico orden consentido por nosotros mismos. Hemos asimilado el papel que a los activistas ha reservado la Historia: espectáculo, contemplación, gestos radicalmente duros pero escasamente efectivos, el triunfo del imperio de lo visual sobre las ideas. Somos fieles a ese estilo de vida que niega las preguntas ocupando nuestro sitio según el rol y la pauta impuesta por ese orden. En el fondo, deseamos continuar recibiendo adulaciones y juzgando al resto del mundo que recela de nuestras ideas porque -decimos- representan "la burguesía". La diferencia, en tantas ocasiones, no deja de ser un problema de lenguaje. En este orden de cosas, nuestro carácter permanece tranquilo, obediente, no desea una revolución porque habría que romper con nosotros mismos y lo que la Historia ha hecho de nosotros, habría que revolucionar la ideología y revolucionarnos por completo. Por eso esas revoluciones son engañosas, enfermizas…llaman a la revuelta y al ludismo pero siguen creyendo en orden, propiedades y leyes.

IV. Se trata de una lucha contra la nueva teología porque "el juego es la destrucción de lo sagrado" (sección inglesa de la IS), pero ¿qué es sagrado en un ambiente tan cargado y que intenta parecer recto y riguroso cuando no lo es en absoluto? La reacción, entonces, no puede ser otra: el de la crítica total, la rebelión constructiva, las preguntas sin respuestas…cualquier doctrina merece preguntas. Queremos jugar, acaso quemarnos, si es el caso, pero jugar con decisión todas las cartas. El revolucionario debe aspirar a mantener siempre los puntos de vista abiertos, la atención puesta en que todo movimiento que se torna en aséptico, predecible, caricaturesco, se edifica contra sí mismo. La revolución se ausenta y el conservador que se dice revolucionario se hace con la definición de todo aquello que en su día aparecía vivo e insolente. El resto pierde reflejos. Así, los ideólogos del movimiento que son capaces de anunciar y difundir manifiestas mentiras se tornan en gerifaltes y coroneles sin ejércitos. Lo residual se autodefine como vanguardia ("El primer grado de locura consiste en creerse uno sabio" (Franklin).

"La cosificación es la realidad inmediata necesaria para todo hombre que viva en el capitalismo" Lukacs.

V. Esa desposesión ya existente enraíza con la idea de la conciencia y la toma de ésta. Siguiendo a Lukacs, los proletarios no son revolucionarios porque primero han de ser conscientes de lo que son y es fundamental "la toma de conciencia del sentido inmanente que tienen esas contradicciones". Esas contradicciones asumen la apariencia del mercado y el trabajo, la educación, la sexualidad y los géneros, el arte, etc. La revolución tiene que ver con el asumir un permanente estado crítico reflejado en lo cotidiano. El "autoconocimiento" de los hombres y mujeres está en las antípodas de los libros y manuales de autoayuda -auténtico desperdicio superlativo de hombres y mujeres perdidos producidos para su perdida- sino que está íntimamente ligado a la misma transformación del mundo, es su esencia. El proceso de descomposición se encuentra en tal grado de culminación que la revolución, tal y como la entendemos, debe ser reinventada (IS) porque "la superación será general, unitaria" (Raoul Vaneigem) o no será. Pasión o barbarie!

*Manifiesto distribuido en el II Encuentro del Libro Anarquista celebrado en Madrid los días 3,4 y 5 de diciembre de 2004

lunes, 28 de noviembre de 2011

Proyecto Verkami


http://www.verkami.com/projects/814/

Barómetro Social de España es un proyecto de evaluación continua de la situación social de España, realizado por Colectivo Ioé, equipo especializado en la investigación social. Se trata de un sistema que ofrece una visión de conjunto de importantes cuestiones relacionadas con el bienestar y la calidad de vida (vivienda, desempleo, género, participación ciudadana, medio ambiente, etc.), que recoge la evolución desde 1994 de 189 indicadores sociales procedentes de fuentes oficiales y 45 índices sintéticos elaborados por los autores de forma transparente y abierta a la intervención activa de los usuarios.

Desde su origen, el Barómetro Social se propone socializar y democratizar, de forma rigurosa pero sencilla, el acceso a información pública para valorar la evolución de la situación social. El proyecto recopila, sintetiza y difunde información estadística a menudo reservada a “personas expertas” y sistematiza los resultados de forma transparente con el objetivo de potenciar la formación e incrementar las posibilidades de análisis y argumentación por parte de cualquier persona o colectivo interesado.

Por ejemplo, el Barómetro ofrece todos los datos (y el acceso a sus correspondientes fuentes) para demostrar que entre 1994 y 2009 aumentaron muchísimo más los ingresos de los más ricos (detentadores de activos financieros y de inmuebles: más del 100%) que los de la mayoría de la población (pensionistas, asalariados y parados: entre el 3% y el 25%).

Toda la información es de libre acceso (con licencia Creative Commons) a través de la página web (www.barometrosocial.es). Además, quienes la utilizan pueden bajarse las hojas de cálculo con todas las series de datos, incluyendo el método de cálculo de los índices y una amplia colección de gráficos.

viernes, 7 de octubre de 2011

Urbanismo y recuperación del espacio


Si la crítica a la industria del ocio se relaciona directamente con la crítica de la gestión y apropiación del tiempo, la crítica del espacio incumbe, también, la crítica de la ciudad. Es la ciudad el modelo social de vida en común, el modo en el que nace la propia idea de comunidad en sentido moderno. La ciudad nació sólo como la necesidad de acercar a los trabajadores a su puesto de trabajo. Allí donde está la economía en desarrollo, ya comienza el proyecto de ciudad. La ligadura entre lo económico y lo urbano es totalmente dependiente. Por ello, el espacio de la ciudad es el lugar en el que el individuo trabaja, fundamentalmente. Aquello que se sitúa entre su puesto de trabajo y su vivienda es accesorio para él, en cuanto que es el trabajo el motivo principal de vivir en esa ciudad y no en otra. Que en el centro de lo social se sitúe el trabajo asalariado implica automáticamente la concepción paralela de la gestión del espacio necesario a su servicio.
La ciudad no se ha hecho para la vida, es decir, para la realización del propio individuo, sino para el trabajo asalariado que no realiza, sino esclaviza. En la sociedad de la administración total, parece que ocurre por casualidad. Los elementos de una ciudad, como calles, edificios, plazas, parques, etc., se distribuyen de una forma planificada. Dicha planificación responde a lo que necesita el trabajador asalariado, como figura social general, para poder concentrarse principalmente en su cometido. El parque es el lugar en el que, en su tiempo libre, pueda el trabajador disfrutar de su familia. Pero como el trabajador no es completo en su tiempo libre si no consume, se sitúan restaurantes, tiendas, etc., en dichos parques. Así la actividad podrá satisfacer de modo completo. Las calles serán más estrechas en cuanto el suelo que se necesite para vivienda sea más escaso, y, por tanto, más deseado. Además, el lugar por el que el trabajador camina se va reduciendo paulatinamente para dar prioridad a los modos de transporte que sean más rápidos, empezando por los coches. Sólo con las nuevas zonas peatonales, el peatón se convierte en el rey, pero con una trampa: las zonas peatonales coinciden con las zonas de mayor actividad comercial. El peatón sólo cobra importancia cuando se convierte en consumidor.
Todo apunta a que la calle, la ciudad entera, deja el espacio mínimo, cada vez más mínimo, a la actividad de tiempo libre del trabajador. Una calle sin actividad comercial está muerte sólo desde la perspectiva de que la vida se realiza, en todo o en parte, a través del consumo. Es también de destacar el proceso de mercantilización de los servicios básicos que una ciudad debería ofrecer. Hoy el caso más flagrante en el Estado español es el de la vivienda. Cada vez más el derecho a la vivienda digna se convierte en el delito de reclamarlo. No es el aumento poblacional la causa de la falta de vivienda. Sólo desde la lógica que ve el suelo, sea urbanizable o no, como el nuevo negocio privilegiado, es posible entender la crisis de la obtención o realización de un derecho, cuya solución pasaría por borrar de un plumazo la urgencia que obliga a cada cual a sacar beneficio, incluso, de las piedras mismas.

Extraído de La Felguera, núm. 12; pág. 4.

sábado, 6 de agosto de 2011

[Grecia] Incontrolable: Contribuciones a un Nihilismo Consciente.

[Salvo el final, propuesta positiva del autor del artículo con la que una puede estar más o menos de acuerdo, el cuerpo del escrito es un buenísimo análisis de la trayectoria anarquista en Grecia y la micropolítica que se da dentro del propio grupo ácrata de dicho país]


http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/18102

Texto publicado en anarchistnews.org el 23 de mayo de 2011

"Athena: Hago solamente aquello que me es pedido. Pedidme la ciudad para trabajar en armonía y uniré a los esclavos y engordaré a sus amos. Así es como se forja la armonía del caos. Todos los que emigran y viven en las afueras de la justa Athena aceptarán este acuerdo, sea su ignorancia sobre este acuerdo sincera o falseada. Residir en mi ciudad requiere sumisión. Al igual que un toro que lleva el agua se somete a su yugo, así debe el ciudadano de la ciudad sujetarse a las leyes de la misma. Pero si os cansáis de esta situación, si el vino causa la enfermedad y las uvas se pudren en la vid. Alegremente destruiré aquello que me habéis pedido que criara. Pero todavía tengo que escuchar a cualquiera de vosotros, los mortales, los reyes y los rebeldes, pedirme que lleve a cabo esta tarea final:.. dejar que el Caos reine en los campos de Athena. Os falta el coraje para ver arder todo lo que os ofrece comodidad y abrigo. Hasta los más fuertes entre vosotros teméis el poderoso Caos y lo que él hará, al cual dejaré actuar libremente. Pero recuerda esto, joven alma, hago solamente aquello que me es pedido. Pídeme que te construya una ciudad y haré que funcione. Pídeme que acabe con la miseria de la ciudad y sólo tendré una opción: destruirla por completo."

Eurípides, ATHENA POLIAS (Athena de la Ciudad), de las Tragedias Perdidas


En diciembre de 2008, un gran número de jóvenes atenienses descubrió algo terrible. Muchos de ellos tenían entre 13 y 19, cuando Alexis, a los 15 años de edad, recibió un disparo en el pecho y murió. Estos jóvenes, que sabían muy poco acerca de las asambleas anarquistas o sobre los métodos aceptables de lucha, pronto se inclinaron por la gente a la que veían quemar bancos, saquear tiendas, reventar los pedazos de mármol de las aceras de las calles, y lanzar fuego contra la Policía . Durante esos días nadie trató de detener su ira (que habían descubierto tener en demasía), excepto la Policía. Ellos sabían quién era el enemigo: los que trataban de detenerles.
Evidentemente, su capacidad para destruir dependía de la presencia de otros, creando en ellos un fuerte sentido de comunidad y poder de grupo que fue utilizado en contra de todo lo que les mantenía en orden, y creció mientras duró la insurrección. Cuando ésta terminó, cuando regresó la normalidad, estos jóvenes se mantuvieron alerta y conscientes de su poder, esperando la posibilidad de volver a usarlo.


En mayo de 2010, tres personas murieron en una sucursal del banco Marfin. Estaban encerrados por su jefe, temerosos de perder sus puestos de trabajo, cuando se lanzaron cócteles molotov en el interior que quemaron todo el bloque. Las muertes de estos simples empleados de un banco llevó a los anarquistas de Atenas a una crisis. Los medios de comunicación utilizaron las muertes como excusa y justificación para la represión. La sociedad se volvió contra los "asesinos" anarquistas. Junto con todo esto, los anarquistas se volvieron contra los anarquistas, en la búsqueda de una razón o una explicación o argumento para un acto tan horrible. De hecho, no había nada que encontrar. Algunos dijeron que los incendiarios eran grupos paraestatales, otros que había sido la Policía, otros dijeron que fue un accidente, y otros dijeron que estas muertes eran bajas aceptables en una guerra. Sólo algunos de los más "atentos" entre los anarquistas han visto lo que realmente sucedió: los jóvenes del 2008 habían quemado completamente un banco que había sido bloqueado por el patrón.


En mayo de 2011, los anarquistas de Atenas estaban inmersos en un auto-declarado momento crítico. Una de las razones más comunes fueron los días posteriores a la tragedia de Marfin Bank y las críticas internas, que no se habían detenido en un año. Otra razón fue la detención de los miembros de las nuevas guerrillas urbanas y la cantidad de apoyo necesario para los presos políticos, que han llegado a 40.
Ha habido muchas críticas a algunas de estas guerrillas, en especial a la campaña de cartas-bomba llevada a cabo por la Conspiración de las Células de Fuego. Se dijo que estas acciones eran inútiles y sólo ofrecían al Estado más ejemplos de terror anarquista para ofrecer al público. Dos anarquistas fueron arrestados y, más tarde, han asumido la responsabilidad por el envío de estas cartas bomba a varias embajadas extranjeras. Uno de los anarquistas detenidos tenía 22 años, uno de los jóvenes del 2008. Georgios Papandreou, el actual ministro griego del Gobierno, dijo lo siguiente acerca de estos jóvenes fuera de control: "Estos actos irresponsables y cobardes, no serán capaces de evitar nuestros enormes esfuerzos para restaurar nuestra credibilidad y reactivar nuestra economía".


Estoy conectada a un amigo a través de alguna experiencia de elección, comprensión, o decisión que implique que el crecimiento de su poder sea el resultado del crecimiento del mío. Simétricamente, estoy conectada a un enemigo por elección, sólo que en este caso hay un desacuerdo. Para que mi poder crezca, necesito enfrentarme al suyo, necesito minimizar sus fuerzas.
–Virginia Wolff

La mayoría de las veces están en la línea de frente, preparados para tirar una bomba improvisada o un cóctel molotov, si tienen uno. Por lo general, no se contentan con piedras o palos. Cuando no ocurre nada, o la Policía está ausente, destruyen todo lo que les rodea: semáforos, kioscos, pequeñas tiendas, cualquier cosa. Algunas veces la gente intenta pararles, y a veces funciona. Recientemente, alguien trató de iniciar un incendio que fue rápidamente apagado por otros anarquistas. Mientras se desarrollan las asambleas en las ocupaciones, ellos están fuera provocando a la Policía, lanzando piedras y preparando trampas. Muchos de los anarquistas simplemente no los toman demasiado en serio. Algunos directamente los desprecian, diciendo que "no quieren tener nada que ver con el movimiento anarquista" por culpa de ellos. Estos jóvenes del 2008 se identifican como anarquistas, pero hay muchos otros anarquistas que rápidamente dicen que no tienen "calificación" para hacerlo.


El reciente ataque a una comisaría de policía en Exarchia trajo más críticas. Durante el ataque, una motocicleta se incendió y explotó en el momento en que un vendedor de un mercado de calle cercano trataba de extinguir el fuego. Al día siguiente, los periódicos estaban repletos de titulares diciendo que "los encapuchados" estaban quemando a la gente pobre. Esta acción se llevó a cabo en un mal momento: los fascistas habían celebrado recientemente una concentración frente al edificio del Banco Marfin, que había sido quemado un año antes, en un intento de capitalizar la ira popular y la desconfianza hacia los anarquistas. Después de que un ciudadano griego fuera asesinado, los fascistas proclamaban que los asesinos habían sido inmigrantes y rápidamente movilizaron a cientos de personas, preparando un pogromo racista que continúa hasta hoy. El ataque a la comisaría de policía se produjo en este período de tensión, y fue visto por algunos como un intento de atacar directamente a la misma Policía que había protegido a los fascistas mientras aterrorizaban el centro de Atenas. Dado el mal momento en que se produjo la lesión accidental del vendedor ambulante, algunos anarquistas rápidamente condenaron el ataque. El periódico de derecha Kathemerini ha citado a algunos residentes de Exarchia que dijeron que los "verdaderos anarquistas" nunca harían algo así.

Este ataque ha salido de Exarchia. Cientos de anarquistas paran por la plaza Exarchia, bebiendo, fumando y hablando. Muchos de los chavales del 2008 pasan sus noches aquí. Es aquí donde la información, las ideas y acciones planeadas rápidamente circulan como un reguero de pólvora entre los anarquistas. Estos jóvenes que paran por la plaza puede que no sean los mismos que mantienen el parque okupado de Exarchia, pero ciertamente lo frecuentan y lo defenderían de la Policía sin dudar. Aún así estos mismos jóvenes que suelen estar en primera línea de cualquier conflicto son los más despreciados por los anarquistas atenienses. Sus acciones no son perfectas, actúan irracionalmente, y tienden a tirar a la basura hasta los planes de los anarquistas.



Recientemente, mientras los anarquistas estaban haciendo su asamblea semanal en la Universidad Politécnica, estos jóvenes del 2008 atacaron a grupos de estudiantes marxistas que habían participado en las elecciones estudiantiles. Atacar las elecciones universitarias había sido una práctica común, pero hoy en día ya no lo es para los anarquistas, y ahora la tradición se mantiene sólo gracias a estos chavales. Los marxistas han cerrado las puertas de la universidad, algo que normalmente sólo se hace en defensa de los ataques de la Policía. Los anarquistas en la asamblea se precipitaron al exterior para ver de dónde venían las fuertes explosiones y gritos, para encontrar un gran grupo de marxistas defendiéndose de otros anarquistas. Una vez más, la mayoría dijo que este ataque era ridículo, con poca visión, y hecho en un mal momento, ya que los fascistas estaban en las calles atacando inmigrantes. Pero los jóvenes salvajes que atacaron las elecciones universitarias sólo sabían una cosa: la democracia apesta.


La historia es una pesadilla de la que trato de despertar. 

- Iggy Pop

Se ha hablado mucho sobre canibalismo social en Atenas, es decir, el cuerpo social devorándose a sí mismo. Proxenetas inmigrantes vendiendo a sus prostitutas inmigrantes a ricos hombres griegos; camellos griegos vendiendo sus drogas a yonkies griegos; los policías de Atenas enfrentándose entre ellos mismos; los ciudadanos atacando a los políticos; los anarquistas atacándose entre sí; los fascistas atacando a anarquistas. La guerra de todos contra todos. El caos. Ésta es la famosa imagen de Atenas siendo destruida por Athena, su diosa patrona.
Los medios de comunicación y el gobierno tienen un claro interés en promover esta idea de la descomposición social, porque al final, si las cosas se ponen realmente mal, es el Estado el que vendrá y restablecerá el orden. Al menos éste es el guión esperado. Sin embargo, algo diferente está pasando aquí en Grecia. La sociedad está realmente cayéndose a pedazos, más rápido de lo que por lo general cae en cualquier gran ciudad. Nadie tiene dinero, el gobierno ha decidido obtener otro préstamo de la troika, y todo el mundo es consciente del problema. La forma que adopta el problema es diferente dependiendo de con quién se hable: los fascistas dicen que el problema son los inmigrantes y la izquierda política; los políticos dicen que es la irresponsabilidad de las personas que no pagan sus impuestos, se niegan a pagar los peajes, y se niegan a permitir la construcción de vertederos en sus pueblos; los anarquistas dicen que el problema es el capitalismo y el Estado. La resonancia que estas fuerzas encuentran a sus ideas varía en las diferentes partes de Atenas.

Por ejemplo, en el centro, hay muchos crímenes antisociales, algunos de los cuales son practicados por inmigrantes, y algunos por griegos pobres. Una vez se produjo el asesinato de un griego en el centro de Atenas - del cual se intentó sacar provecho desde un principio - los fascistas encontraron el apoyo de gran parte del barrio a su teoría de que el problema estaba en los inmigrantes. En el mismo barrio también hay anarquistas, mayoritariamente centrados al rededor del centro social ocupado Villa Amalia.

Desde que comenzó el pogromo, los anarquistas se convirtieron en un aliado natural y muchos inmigrantes se mantuvieron cerca de Villa Amalia, no sólo por protección, sino también para encontrar amigos en un territorio hostil. Estos inmigrantes, que viven una vida precaria bajo el capitalismo, siempre han sido víctimas del canibalismo social y un recurso para pequeñas empresas capitalistas sólo para sobrevivir. Ahora están siendo demonizados y perseguidos, su esperanza de integración en el capitalismo griego se destruye por completo.

Estas fuerzas están acercando a los dos colectivos: inmigrantes extranjeros y anarquistas.

En el cuarto día del pogromo, los anarquistas y los inmigrantes habían recuperado el área alrededor de Villa Amalia. Música y proclamas eran gritadas a la calle a través de un altavoz. La asamblea semanal de Villa Amalia se anunció en el barrio y atrajo a decenas de no-anarquistas para discutir qué hacer durante este período de tensión. Los niños jugaban a fútbol, las familias paseaban arriba y abajo, y desapareció el temor que se había apoderado de la zona. Sin embargo, a pocas cuadras de la ocupa, el pogromo continuaba.


Hay algunos antagonismos que jamás se reconciliarán: los fascistas y la policía jamás se reconciliarán con los anarquistas y los inmigrantes. Hubo innumerables ejemplos (además de los anteriores) de los anarquistas y los inmigrantes en Atenas superando sus hostilidades y encontrando un terreno común. Hasta hacía poco, no había habido muchos momentos de coincidencia entre los dos grupos. Ahora hay otro antagonismo que apareció en primera línea, pero este antagonismo es entre anarquistas y anarquistas.


La negación de lo que existe para el beneficio del futuro que no existe

- Charles Darwin

El 18 de mayo de 2011 la Policía se acercó a dos personas que estaban de pie al lado de una motocicleta en el norte de Atenas. Uno de los hombres sacó un arma y comenzó a disparar contra los agentes, hiriendo a los dos. Los policías pudieron devolver los disparos, defendiéndose e hiriendo al atacante. El compañero del atacante logró escapar en el coche patrulla de la Policía que fue encontrado, más tarde, abandonado. El herido fue trasladado al hospital, donde dio un nombre falso. El 20 de mayo se supo que este hombre era un estudiante de 21 años, llamado Teophilus Mavropoulos. Se dijo que formaba parte de la Conspiración de las Células de Fuego. En diciembre de 2008, tenía 18 años.

La Conspiración reclama que sus integrantes son anarco-individualistas-nihilistas. Han criticado repetidamente al pueblo griego por ser demasiado cobarde, pasivo y ciego. Le echan la culpa al pueblo por su propia miseria, ya que éste es demasiado estúpido para cambiar su propia situación. La Conspiración es también crítica con la escena anarquista tradicional y con las limitaciones que se impone a sí misma al permanecer aferrada a las fórmulas ineficaces de siempre. Abogan por la creación de pequeñas células armadas federadas de manera informal a través de Grecia y en el mundo, células que atacan directamente a los símbolos y los mecanismos del poder autoritario. En general, no hablan con firmeza y con convicción acerca de la creación de cualquier otra cosa. Por otro lado son críticos con todo.



El nihilismo de la Conspiración es un reflejo del nihilismo creciente entre la juventud del 2008. Estos jóvenes no sólo han vivido y han sido testigos del colapso del sistema capitalista global, sino que también han sido testigos y han participado en la resistencia a ese sistema que ha fallado. Hay mucha gente de los años setenta que le puede decir a los jóvenes la forma correcta de luchar, pero para ellos, los viejos han fracasado, como todos los demás. Cuando estos jóvenes tratan de expresar su desesperación y la voluntad para actuar, suelen ser silenciados, callados, o ridiculizados por los anarquistas que tienen una relación más estrecha con las viejas tradiciones de lucha. El resultado de todo esto fue que la juventud saltó fuera de los centros de la conciencia del movimiento, prefiriendo permanecer en la periferia, donde son libres de hacer lo que quieran. Algunos de ellos rompieron por completo, como lo demuestra la Conspiración. 

Hay algunos guerrilleros y militantes que tienen la aceptación general y la admiración de la escena anarquista: los "ladrones de negro", Lucha Revolucionaria, y Vassilis Palaeokostas, por nombrar unos pocos. Palaeokostas es conocido internacionalmente por ser el hombre que escapó de la cárcel en helicóptero. Estas personas, a pesar de su valor, siempre han mantenido sus vínculos teóricos con las escenas tradicionales autónomas y anarquistas. Creen en la revolución social y el potencial infinito de la población de rebelarse. Aunque por lo general comparten los mismos objetivos con los nihilistas (la destrucción del orden mundial y sus agentes), en varias ocasiones se han distanciado de ellos públicamente. La guerrilla y otros militantes tienen una esperanza y confianza en las personas que no comparten los nihilistas. Los nihilistas son los pocos que, invocando a Eurípides, han pedido a Athena que destruya la ciudad por completo. Pero están solos, empujados e ignorados por la mayoría de los otros anarquistas. En su aislamiento, los más decididos de ellos han desconectado completamente del medio del que venían y los están pillando poco a poco, uno a uno. Mientras están en la cárcel, la ciudad persiste.



Nada es verdad, todo está permitido

- Hillary Clinton

El actual nihilismo de la juventud no aparece de la nada. Es un reflejo del fracaso total tanto del capitalismo como de la resistencia. Muchos no ven alternativa y no quieren otra cosa que la completa destrucción de la bestia y de lo que la alimenta: la ciudad. Exponer estas perspectivas es muy difícil. Para las personas que quieren un cambio social, un cambio radical, la destrucción total suena tan loca como parece. El diciembre del 2008 pudo haber tenido la ayuda de actores conscientes que cuidadosamente seleccionaban los objetivos, pero los impulsos destructivos de todos los que participaron fueron de carácter general. Estos impulsos pueden haber sido formulados o canalizados por las diferentes ideologías cuando la insurrección hubo terminado, pero en su auge eran incontrolables. 

La primera explosión del mismo fuego que se extendió por el norte de África, tal como en 2008 fue la emergencia de algo nuevo. No fue el comunismo, anarquismo, o democracia. Fue el deseo de librarse de todo. En Egipto, este deseo fue canalizado a través de los partidos democráticos que han asesinado la energía, dejando al país en una dictadura militar. En Grecia, este deseo se ha canalizado de nuevo en los sindicatos, partidos políticos e ideologías. Lo que ha sustentado cada insurrección, lo que la mantuvo en su auge de cólera, fue la total ausencia de una mano guía. Tan pronto alguien tomó el control, tan pronto alguien prometió un futuro mejor, que ese futuro rápidamente ha llegado, igual a todos los días anteriores.


Hay un temor entre los anarquistas, en Grecia y a nivel internacional: el compromiso con los objetivos de su propuesta. El abismo de la libertad es aterrador. Sin la Policía, habría una guerra civil entre los diferentes grupos y sería peor que la lucha entre los anarquistas, los fascistas y los inmigrantes que vemos hoy. Sin la ciudad, la red y la infraestructura, habría una hambruna masiva y violencia. Es utópico imaginar a los trabajadores tomando las centrales eléctricas y el sistema de abastecimiento de agua o a la población reapropiándose de los recursos de la ciudad y poniéndolos a disposición de un mejor uso. Pero como la Bastilla, la ciudad de Atenas siempre mantendrá la finalidad para la cual fue construida. La Bastilla fue construida para ser una prisión, nada más. Atenas fue construida para dar cobijo a sus trabajadores y a sus amos. Mantuvo este carácter durante miles de años. Si el capitalismo desapareciera, el propósito de la ciudad desaparecería con él.

Es aterrador hacer frente a este hecho, y la mayoría retrocede a pre-existentes formas de lucha que al final no suman más que aceptación resignada y derrota permanente. Las mismas formas se pueden repetir, las mismas escenas y los mismos rituales pueden ser replicados, pero no funcionarán de repente cuando nunca lo han hecho. Es el miedo lo que aparta a la gente de la conclusión de que el proyecto más importante que nos ha sido dejado es la destrucción de lo que el capitalismo ha creado. ¿Quién quiere destruir el lugar donde vive? ¿Quién quiere caer en el caos sin poder prometerse a sí mismo y a sus amigos que algo mejor vendrá? No puede haber promesas en el futuro. Todas las promesas se convierten en mentiras, el engañado se convierte en el engañador, y la miseria actual persiste.

Los nihilistas y nuestros jóvenes no deben ser eliminados o llevados a la desesperación. Son parte de nuestros mundos anarquistas y reflejan algo que es al mismo tiempo nuevo y terriblemente viejo. Si no les escuchamos, actuarán independientemente de nuestra aprobación o reconocimiento. Si tratamos de controlarlos, no seremos para ellos nada más que extensiones del sistema que quieren destruir. Quizás haya más verdad en esto de lo que podemos imaginar. Tal vez seamos unos simples cobardes, esperando nuestro turno hasta que los héroes perfectos nos vengan a salvar, a prometer un futuro, a actuar primero para que después los podamos seguir.

Como anarquistas, sabemos que la destrucción del capitalismo es necesaria, pero ahora que el capitalismo se ha integrado tan profundamente en nuestras vidas, este conocimiento es aún más aterrador. Nos retiramos a los ochenta y noventa, a los dos mil, siempre aferrados al pequeño pedazo de la historia en el que nos mantuvimos, atrapados por las formas de ideas que no han cambiado.



Yo no quiero abandonar el anarquismo. De hecho, quiero difundir las ideas lo más lejos posible. Quiero que la gente recuerde los métodos y tácticas de los que vinieron antes que nosotros, quiero que la gente no utilice estos métodos sólo contra nuestros enemigos, sino que al hacerlo también sepan que no estamos construyendo un mundo mejor, ni lo prometemos. El anarquismo no trata de alcanzar la sociedad perfecta, que ponga fin a la población recientemente esclavizada, trata de crear el mundo que queremos ahora, para nosotros. Es necesario destruir lo que queremos y no tener miedo de lo que sucederá.

Promover la destrucción del capitalismo en el año 2011 es promover el nihilismo. Destruir el capitalismo es destruir todo lo que ha creado, y, honestamente, esta tarea se ve como nihilista por aquellos que han invertido algo en este mundo. Así que abogo por un nihilismo consciente, un nihilismo que no es una reacción a los padres anarquistas de las asambleas, a la demonización de los medios de comunicación, o a la indiferencia de la población. El nihilismo que defiendo se opone a todos aquellos que quieren gestionar el potencial del presente, y no a las personas que son manejadas. Nuestro enemigo no es la sociedad, nuestro enemigo son las personas que crean y mantienen la sociedad.

Este nihilismo consciente comienza con la simple idea de estar en contra de este mundo. Lo que viene después, un compromiso de estar en contra de este mundo, un compromiso que se materializa en la acción y no en el discurso, es la parte más difícil. Organizar conscientemente la destrucción de todo, más que atropellar o señalar a todo el mundo, es la tarea del nihilismo consciente. Debemos preguntarnos si queremos esperar, hacernos viejos, y existir en el mundo que despreciamos, o dar un salto en el abismo. Otros saltaron al abismo y ahora están cayendo. Es hora de llegar a nuestros jóvenes amigos, unirse a ellos en su salto y acordarnos de que no estamos solos cuando tenemos estos pensamientos locos, nihilistas.

Athena destruirá la ciudad si se lo pedimos. En la mitología, Atenea siempre ha ayudado a aquellos que tenían una tarea por completar. Y como Vassilis Palaeokostas escribió en la clandestinidad: "La suerte es mujer y se ocupa de los audaces."



viernes, 5 de agosto de 2011

miércoles, 20 de julio de 2011

Violencia


«Viòlencia es menjar carn»

Hay muchos tipos de violencia, está en todas partes, y nadie, por más que se proclame «no violento/a», es ajeno a ella. Ya sea por activa, ya sea por pasiva, nuestros actos y nuestras costumbres contienen grandes dosis de violencia para satisfacer nuestro estatus, nuestro bienestar, nuestras costumbres y ocios; en definitiva nuestra forma de vida.

La cuestión no es si somos violentos o no, sino si asumimos ue nuestra forma de vida genera violencia (directa o indirectamente), o por el contrario nos creemos en un estadio superior de pureza donde sólo vemos lo que queremos ver, ignorando aquellas cosas que nos hacen sentir incómodas.Las personas que se consideran «no violentas» deberían plantearse si no están delegando la violencia necesaria para el desarrollo de su vida (cómoda vida en un país occidental, por más que nos encontremos en medio de una crisis endémica) en los especialistas de la violencia: maderos, granjeros, matarifes, seguratas, etc. Delegar nuestras responsabilidades no nos hace menos responsables. De la misma manera que el, mejor dicho la ministra de defensa es responsable de las violaciones, torturas y asesinatos que cometen los soldados que previamente ha enviado a pueblos que padecen guerras y poseen petróleo, nosotros somos responsables cuando hacemos que otros actúen violentamente en nuestro beneficio.

Algunos ejemplos cotidianos de violencia:

VIOLENCIA es consumir productos de origen animal, especialmente cuando estos productos se «fabrican» de manera intensiva, haciendo entonces que los animales padezcan desde que nacen mutilaciones, violaciones, secuestros a cadena perpetua, engordes forzados, amontonamiento, torturas, desnutrición y maltratos varios hasta la lenta y dolorosa muerte.

VIOLENCIA es llamar a la policía cuando tenemos un problema que no sabemos resolver, por lo que éste se resolverá mediante el miedo que generan a gran parte de la población (por la amenaza de las armas que llevan o de lo que te puede caer en forma de multa o prisión) o mediante la fuerza, como hacen en numerosas ocasiones (¡muchas de ellas sin provocación previa!).

VIOLENCIA es gritarle a alguien para evitar que grite e insulte a la policía. ¿O es que se merece más respeto un antidisturbios que está apalizando a alguien que alguien que sencillamente grita de impotencia? ¿o es que tiene más derecho a gritar alguien de la Organización o de cualquier Comisión de vete a saber que, que el resto de los mortales?

VIOLENCIA es, sencillamente, consumir cosas que no sabemos ni de donde vienen, ni cómo se fabrican, ni de qué país en guerra provienen sus materiales, pero sobretodo, lo más violento es no querer saberlo para no sentirnos cómplices, creyendo que ignorancia es lo mismo que inocencia.

VIOLENCIA es ver una paliza de los seguratas del metro a alguno que se ha colado y no decir nada, mirar al suelo, seguir caminando y justificar nuestra pasividad con el «si hubiese pagado como yo eso no le sucedería...»


VIOLENCIA es ir a trabajar cada día, pero sobre todo el día después de que han despedido a algún o algunas compañeras y pasar a su lado sin mirarle a la cara pensando que «es la ley del mercado».

VIOLENCIA es ver una redada donde cuatro chavales de cara a la pared están siendo humillados por la prepotencia xenófoba-machista-policial, por la sencilla razón de parecer «moros». Y más violento es ver la indiferencia a su alrededor, como si eso no estuviese sucediendo, quizás por miedo a los cuerpos policiales, quizás por el racismo de gran parte de la sociedad, o quizás por que hay prisa porque hoy juega el Barça.
VIOLENCIA es buscar trabajo y tener que humillarte, rebajarte,
desnudarte moralmente y comerte la dignidad para mendigar
una mierda de trabajo mal pagado del que seguramente te echarán cuando quieran, o cuando oses quejarte de que haces más horas de las que cobras o de que hace dos meses que no te pagan.

VIOLENCIA es sentir los gritos de la vecina cada noche cuando su marido llega a casa medio borracho y descarga la impotencia por la mierda de vida que lleva; y más violento es subir el volumen de la tele para no escucharlos y no tener que ir a llamar a la puerta de delante.

VIOLENCIA es consumir energía sin ser capaces de generarla a pequeña escala, fomentando las centrales nucleares con sus «accidentes», o la inundación de pueblos enteros para hacer centrales hidráulicas , o las mareas negras que de tanto en tanto nos visitan «por culpa de un temporal», o la contaminación de las térmicas, o que planten decenas de «molinos sostenibles» delante de casa (de la gente campesina).

VIOLENCIA es vivir en una cuidad haciendo que nos traigan todas nuestras necesidades de fuera y, paradójicamente, mientras más lejano sea el origen más barato es el producto, fomentando monocultivos intensivos que destrozan tierras lejanas, porque las de aquí quizás ya nos las hemos cargado.

VIOLENCIA es, como decía un cartel después de la huelga del 29S, esta normalidad en la que vivimos, esta democracia en la que, mientras no intentes cambiar nada, siempre podrás quejarte, indignarte y patalear.

VIOLENCIA es creer que antes de la spanishtwitterrevolution no había habido luchas mucho más dignas, pero más violento es ver como se rebajan y asimilan discursos y puntos mínimos pseudo reformistas, personas con una larga trayectoria de lucha seria contra la dominación, pensando que eso puede ser el embrión de alguna cosa. Violencia es comparar esta pantomima
con las revueltas nord-africanas que han dejado decenas de muertos y heridos. Violento es ser enemigo de una multitud (de derechas y de izquierdas, que más da) y verla mover las manos al viento para aprobar pedir una reforma electoral que, aunque somos apartidistas, sólo beneficia a los partidos políticos; aunque ninguno nos represente, sería una herramienta para nuestros futuros representantes. Violencia es, en todo caso, la ley de partidos que excluye a gran parte de la sociedad vasca, y más violento es que a la # spanish revolution no se le haya ocurrido exigir su derogación. Violencia es decirle revolución a algo que no pretende revolucionar nada, que ni tan siquiera tiene algún objetivo pragmático ni lo puede tener porque las revoluciones
nunca han sido de derechas y de izquierdas a la vez, de empresarios y parados, de ricos y pobres...quien tense más la cuerda se llevara el pastel, podrá marcar la línea a seguir y arrastrar a los ingenuos, perdón, a los indignados que queden. Pero es evidente que las acampadas están siendo unas buenas
plataformas para los trepadores y líderes de los pequeños partidos y organizaciones que ven como, por primera vez miles de personas les escuchan mientras dejan ir sus discursos, miles de personas que no saben que están escuchando a los cabecillas de listas de algún partido, asistiendo sin darse
cuenta a un mega-mitting-poli-partidista.

VIOLENCIA es... un montón de cosas, muchas de las cuales formamos parte o somos directamente responsables, pero no podemos negar que el ser humano es el animal más violento del planeta, somos extremadamente violentos, y a menudo, gratuitamente violentos. La cosa es: ¿Quien está libre de violencia para imponerle a alguien una No-Violencia
parcial? ¿Donde está la frontera entre violencia y no-violencia?
¿Es posible que, con los años y la interiorización del civismo esta frontera haya avanzado, logrando cada vez más situaciones y maneras de hacer? ¿Serían hoy violentos los objetores e insumisos que hace veinte años se enfrentaban a penas de prisión por luchar contra los ejércitos?

¡Ninguno está libre de pecado! ¡Tu también puedes tirar la primera piedra!
¡Amén!

(Este texto apareció en Internet poco después de la brutal actuación de los Mossos
d’Esquadra en Plaza Cataluña el 27 de mayo, con el título «Viòlencia es menjar carn».)

miércoles, 13 de julio de 2011

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«Cuando las cosas que uno compra constituyen todo el sentido de la vida que se nos permite tener, el acto de elegir el automóvil, el desodorante, los refrescos, los cigarrillos, las píldoras para dormir y las vacaciones organizadas, implica inevitablemente unos ejercicios espirituales tan complicados y tortuosos como los que hacían pasar la noche en vela a Loyola o a Calvino. Hace mucho tiempo que el consumista sustituyó al creyente fervoroso, y el turista al peregrino. Los espectáculos turísticos más visitados actualmente son la tumba de Lenin y Disneylandia, el santuario central de la Iglesia Rusa Ortodoxa Estalinista, y el más fastuoso templo del Capitalismo americano de la "libre empresa"». (Fragmento extraído de "El humor: hoy aquí y mañana en todas partes", Salamandra, nº 4, Madrid, 1991)