viernes, 11 de marzo de 2011

8 de marzo, me cago en el orgullo femenino

Orgullo femenino. ¿Orgullo de qué? Muñequita vapuleada por la historia. El orgullo por el que clamas y despotricas es una farsa. Mujer, resultado grotesco de siglos de golpes; tu cuerpo se desarma a causa de las heridas, las cicatrices te forman, masa rota y doliente, patéticamente doliente. Tu cuerpo es un campo de batalla, y tú el 8 de marzo sales a la calle a recordarle al mundo tu sensibilidad, que eres decente, mona, inteligente, menos bestia, más tranquila, amorosa, igual de competitiva, igual de competente en el trabajo, que tienes mejor aprendizaje verbal, que puedes hacer dos o más cosas a la vez, que tienes mejor memoria, mayor ambición y perspectivas financieras, que eres más cariñosa y estable. Tu lucha por la igualdad hace que me salga urticaria.

Atragántate, devora con ansia tu orgullo de sumisa.
Tu herida te pudrirá mil veces, una por cada "amor, lucha por mi mañana".
Te incrustaré en la carne el rótulo "ganado" y
tu sonrisa
moribunda
con amor dirá "te quiero".
Amor de madre
Amor de esposa,
de cuerpo, de víctima, chiquilla desgarrada.
Amor de mujer
Amor de mascota,
de perro moviendo alegre la cola.

Me das asco oculta en tu faz maquillada,
orgullosa en tu ciénaga de dietas y películas románticas. Ojalá
revientes con tus cincuenta y ocho kilos de carne humillada.
Te odio,
a ti y a tu sensibilidad femenina con forma de candado.